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viernes, 24 de noviembre de 2017

ORIGEN E HISTORIA DEL SÍFILIS


La palabra sífilis proviene del griego siph, que significa cerdo y philus que significa amor. Esta enfermedad ha tenido múltiples nombres a lo largo de la historia, como venéreo, pudendagra de Torella, enfermedad de las bubas en España... entre otros.

El término que conocemos hoy en día fue introducido por un médico veronés: Girolamo Fracastoro, que publicó en 1530 un poema donde se describía la enfermedad y propuso ese nombre en honor a un pastor llamado Syphilo que fue castigado por Apolo a sufrir una enfermedad por blasfermar al dios del sol, Apolo.  En el siglo XIX se adoptó el término sífilis definitivamente.

Durante la Edad Media, la sífilis provocó estragos semejantes a los de la peste, y devastó pueblos y ciudades enteras. A principios del siglo XVI la sífilis se consideraba un mal innombrable. La iglesia lo llegó a considerar como un castigo divino.

El dicho "Una noche con Venus y una vida con Mercurio", utilizado en la antigüedad, hacia referencia a que a las personas que se infectaban de esta enfermedad se les trataba con mercurio, el cual resultaba muy tóxico, lo que provocaba que muchas personas muriesen por el mercurio y no por la enfermedad. La utilización de mercurio para tratar esta enfermedad se continuó hasta comienzos de la Segunda Guerra Mundial, donde se cambia el mercurio por el bismuto, que se consideraba más eficaz.

El hallazgo de lesiones en los esqueletos obtenidos en excavaciones arqueológicas provocadas por la sífilis divide a los investigadores en 2 grandes grupos: unos sitúan el origen de esta enfermedad en América y otros lo sitúan en Europa, Cercano Oriente y África.

Hoy en día la sífilis se puede tratar mediante inyecciones, siempre y cuando el tiempo de infección sea menos de un  año, y se puede eliminar completamente.


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